Sin vueltas y sin miramiento

Sin vueltas y sin tanto miramiento

Por Daniela Guini

Yo crecí en un pueblo donde los vecinos nos cuidábamos unos a otros y no unos DE otros.

Donde las puertas no necesitaban llaves y la autoridad se respetaba y NOS respetaba.

Donde el trabajador era digno y el chorro iba en cana, y si eras asesino, no volvías a salir.

Pero claro, para eso había que tener autoridades con poder de mando.

El policía era la ley, el intendente la autoridad, el profesor un señor y el mal viviente un desacatao perseguido por la ley.

Hoy todo se ha tergiversado.

El trabajador se siente estúpido por ganar menos que un planero, y con eso ve violentada su dignidad.

Los marginales son los pobres excluidos sociales de los 90 que merecen todo tipo de miramiento.

Y la policía son todos una manga de fachos que lo único que quieren es matar gente.

NO SE CONFUNDA VECINO

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Lo que pasa en Bragado no es culpa del intendente de turno, es un modelo de país que ahora empieza a verse en el interior y con la que se convive diariamente en las grandes ciudades de todo el país.

De esto no se sale ni linchando mal vivientes, ni cambiando autoridades, ni siquiera dando más poder a la policía (quienes dicho sea de paso, hacen lo que pueden con lo que tienen que es bastante poco) de esto se sale haciendo un mea culpa sincera como sociedad, replanteando nuestros valores y reforzando la educación y sobre todo, empezando a ejercer como ciudadanos y sabiendo que nuestra obligación va más allá de poner un voto en una urna cada 2 años. Nuestra obligación es informarnos y ser parte activa de la sociedad y no solo un protestón de café.

Es hora de salir del letargo, tomar coraje y ser parte activa del cambio que queremos antes de que sea demasiado tarde.

 

 

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