Luego de idas y vueltas con voces para un lado y para el otro del mostrador, la doctora Victoria Maffasanti, funcionaria de la gestión de Vicente Gatica, y nombrada como jueza de faltas, presentó hace tres días su renuncia.
Nadie comprende muy bien si la “sentada” en el sillón para quedarse, fue verdaderamente “un derecho” que todos sabemos le asiste a quienes son nombrados en ese cargo “hasta su jubilación” o una negociación que oportunamente habría llegado para que depusiera su actitud.
Lo concreto es que su esposo, Pablo Zuleta, segundo en el mando del área que manejó Natalia Gatica y cercano al círculo íntimo del intendente saliente, quedó en el municipio (ya que es planta municipal) pero con todos los mismos privilegios y responsabilidades como DIRECTOR DE MEDIO AMBIENTE. Esta decisión no sería la mejor vista por algunos empleados afines a la gestión actual…pero….
Vaticinan por estas horas, que Zuleta quedó en su puesto, porque su esposa debió renunciar a ser jueza de faltas…¿cambios de figuritas? como se dice por ahí…
Hoy el responsable absoluto de lo que suceda en la órbita que manejaba Maffasanti es el intendente, hasta que nombre a alguien, que según dicen, lo haría del mismo modo, con una ordenanza viciada de errores, que va contra la Ley.
