“Te dí la libertad pero no sabes usarla”

Carta abierta de “cualquier madre” a “cualquier hijo”

Me pasé casi todo el verano juntando fotos y rescatando de teléfonos cercanos imágenes tuyas, con tus amigos, en la primaria, en el jardín, en la pileta, en las competencias estudiantiles, en tu cumple de 15 y en las juntadas en casa y en las casas de tus amigas…

Quería tener todo a mano, porque el año pasa rápido, con el vértigo que tiene la vida misma…y este año EGRESAS…todo sucedió tan de golpe, que todavía estoy viéndote comenzar la primaria…y sin embargo, ya casi terminas.

En casa quedaron sobre la mesa las pinturas y los sobres de anilina que usaron con las chicas para dar color a las remeras de la promo y cerca de la puerta, en un rincón ví la mochila que vas a usar este año y dejé cerca la botellita para el agua… Todo listo, pensé, será un año inolvidable!!!

El celular comenzó a sonar con mensajes a las 2,50 de la madrugada. Era el chat de padres que se activó, y siguió durante varias horas interminables. De golpe estábamos ahí todos, en la noche, asustados, entre gritos y ambulancias…viéndolos, tratando de rescatarlos.

Como una loba herida que busca su cachorro perdido, caminé entre un mar de personas que caían delante de mí…eran los chicos y las chicas, tus amigos, los de tu escuela y los de otras escuelas, con sus remeras pintadas, sus banderas colgadas y demasiado alcohol.

Cerca de una barra improvisada que estaba rodeada de cajones de bebidas, abrazada a una de tus compañeras que parecía dormida, te vi (aunque no te diste cuenta que era yo) te alcé en brazos e intenté llegar afuera , cerca de los médicos, para que pudieran atenderte.

Yo sí te hubiera reconocido entre miles y miles más, aunque no eras parecida a la de las fotos que estuve recopilando, sé que SOS MI HIJA.

Mi hija que ya no está pequeña, pero que necesitó que la lleve en brazos una vez más…

Mi hija que ya no está pequeña, pero a la que debo seguir aconsejando y guiando porque sus pasos son errantes todavía.

Mi hija que ya no está pequeña, pero hoy no es responsable de sus actos.

Mi hija que ya no está pequeña, a quien eduqué con libertad…pero TODAVÍA NO APRENDIÓ A USARLA.

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