El huracán Vidal: la mujer que sacudió a la política

El huracán Vidal: la mujer que sacudió a la política

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A los 42 años será la primera mujer que gobernará la Provincia. Metódica, visitó durante dos años a vecinos bonaerenses. Asegura que encontró abandono y que logró establecer una relación que la llevó al triunfo. Su vida y su intimidad.

Los días que vienen serán los únicos de unas cortas vacaciones para la familia de María Eugenia Vidal. Se irá con sus tres hijos y su marido, el electo intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, a descansar a un lugar cercano. Pero llevará el celular prendido, “como siempre”, y las botas de lluvia que son parte del “kit Vidal”. Un equipo que acarrea desde la época de ministra de Acción Social de la Ciudad, que mantuvo como vicejefa de Gobierno porteña y que la acompañó en los dos años de campaña que la llevaron a transformarse el domingo pasado en la primera mujer que gobernará la Provincia de Buenos Aires. Metódica, planificadora, autoexigente, autocrítica, se propuso antes de lanzarse al cargo visitar los 135 distritos, uno cada día. “Tenía que conocer la Provincia”, asegura.

Fue, confiesa, cuando se dio cuenta de que lo que le pasaba en su casa en Castelar era muy parecido a lo del resto de los bonaerenses y que el lugar donde crecían sus hijos podía llegar a ser diferente. Ese es parte del secreto de su éxito, explica en su despacho, mirando los resultados de las elecciones de hace una semana. A los 42 años logró romper la hegemonía de 28 años de peronismo bonaerense cuando le ganó a Aníbal Fernández por 39,49% contra 35,18%, unos 379.605 votos más.

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Cuenta que no sabía si ganaría, pero que el sábado de veda -cuando fue como siempre al supermercado de su barrio a hacer las compras- se sentía tranquila porque había hecho las cosas como creía que se debían hacer: había logrado construir una relación con “la gente”, dice. Rodeada por una figura celeste y blanca de la Virgen de Luján, un ramo de rosas, y dos portarretratos en los que está sola con su familia y con el Papa Francisco, Vidal hace campaña por el balotaje y planea su próximo gobierno.
-¿Cuál es la sensación que predomina después del triunfo? ¿Orgullo, algo de revancha frente a los que intentaron desmerecerla?
-Sigo profundamente agradecida. La revancha no es algo que tenga que ver con mi forma de ser, te lleva una energía enorme
-¿Revancha de decir “yo pude…”?
-Tampoco. Es que yo nunca dudé de que iba a poder.
-¿Ganar?
-No. Nunca dudé de que estaba construyendo un vínculo con la gente en el que creía. Después el resultado electoral llegaría el día de la elección y la gente decidió. Sabía que había dado lo mejor de mí. Esto fue un enorme movimiento de Mauricio en el resto del país, mío en la Provincia y de los candidatos a intendentes, de 800 mil voluntarios en la Argentina, que todos los días salíamos a tocar el timbre, a visitar a alguien y a escucharlo. Entonces, yo estaba tranquila. Por eso ante mucho ataque o descalificación la verdad es que no me afectó.
-¿Y a su familia?
-Yo sé dónde estoy parada. Pero a ellos sí les preocupaba. Sufren mucho, pero también me conocen mucho. Más que el resto de la gente. Y lo vivieron bastante bien. Con mis hijos hemos hablado del tema, yo he estado muy cerca de ellos.

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-¿Qué les decía?
-Lo que siempre les dije, y les voy a decir ahora que me toca ser gobernadora, que de la puerta para adentro de mi casa soy la mamá de Camila, de 14; María José, de 12 y de Pedro, de 8 años. Ellos saben qué relación construimos y quién soy. Este cargo dura cuatro años. Aprendí que pasa muy rápido, y el día que termine voy a seguir siendo su mamá. De hecho anoche mi hija me dijo una cosa que me encantó. “En el colegio, me felicitan y yo les digo: ‘Yo no hice nada’”. Habla muy bien de ella, me da un profundo orgullo. Es esto lo que hemos construido con su papá. Ellos son ellos, tienen entidad propia, no son ni fueron “los hijos de…”. Junto a Ramiro hemos trabajado mucho y seguiremos trabajando porque esto es un cambio para sus vidas también.
-¿Van a seguir yendo al mismo colegio, se van a mudar a La Plata?
-A priori nos vamos a quedar en Castelar o en Morón, donde vivimos hoy, porque ellos ya atravesaron suficientes cambios, y los van a seguir atravesando como para que además les cambie su casa, su escuela, sus amigos. Yo los quiero proteger y darle la mayor cantidad de seguridades en la vida que hemos construido.
-¿Hubo algún momento en que sintiera que ganaba?
-Cuando pudimos lograr con Daniel Salvador ser la fórmula más votada en las PASO, sentí que ahí había un cambio. Ese domingo nos encontramos millones en el voto. Esa inmensa cantidad de personas que querían cambiar, pero que sentían que era minoría. Después de ver el resultado de las PASO dijeron: “Ah, bueno, pero mirá todos los que somos” y a lo mejor esto los animó al voto del domingo pasado. Estoy convencida de que va a pasar otro tanto en el balotaje. Mucha gente estará pensado: “Si se pudo en la Provincia, se puede en toda la Argentina”. Vamos dejando atrás cierta actitud de miedo, de resignación, que yo me encontré muy instalada en la Provincia. La sensación es que sí se puede pelearla para estar mejor. No es que la Provincia es así y que toda la vida vamos a tener que vivir así. Se puede hacer algo distinto,
-¿Qué transmitió para ganar?
-Siempre destaqué mucho la consistencia de toda la boleta. Hoy tenemos 64 intendentes y no es casualidad, no es un efecto arrastre. Desde el candidato a Presidente hasta el último candidato a consejero escolar son personas valiosas. Y, en relación a mí, mostré lo que yo era. Una persona que viene de una familia de clase media típica, a la que cuando al país le va mal, le va mal y es clase media baja y cuando le va mejor es clase media y se va de vacaciones. Con padres que nunca hicieron nada que tuviera que ver con esto. Mi papá es cardiólogo y mi mamá, bancaria. Mi hermano es profesor de Educación Física, y como todos los profesores tiene varios trabajos. Nicolás es siete años menor, el único hermano que tengo. Vengo de un lugar bastante parecido al de la mayoría de la gente. Me he tomado el Sarmiento, colectivos. No tengo la vida económicamente resuelta. Creo que la gente vio que yo tenía una vida bastante parecida a la de ellos. Yo me siento una más. Y tal vez desde ese lugar puedo entender muchas cosas de las que les pasan y también por eso es importante que yo no cambie radicalmente mi vida, me va a ayudar a hacer las cosas bien.
-Ser mujer, que para algunos era un demérito, ¿le aportó votos?
-Lo que sentí a lo largo de mis recorridas es que los vecinos estaban muy solos, había una sensación en muchos lugares de abandono, la necesidad de que alguien los cuide y proteja, y eso a veces las mujeres lo podemos transmitir mejor. Pero más allá de eso, nunca hice del género un tema. Sí tengo un compromiso con las desigualdades de género. Pero nunca lo usé para ponerme en desventaja y victimizarme. Sabía que siempre que quisiera avanzar siendo mujer iba a ser más difícil. Lo tomo como parte de las dificultades que tengo que atravesar en mi camino y que las seguiré teniendo. Pero para mí es un dato. Lo que siento es una responsabilidad como mujer y la voy a sentir mucho más a partir del 10 de diciembre para abrirle lugar a otras. Para que sea más fácil para las que vengan atrás. Tengo dos hijas mujeres, quiero que para ellas sea más fácil de lo que fue para mí. Y siento que yo estoy acá porque hubo otras antes que yo que también dieron la pelea.
-¿Cree que Cristina no abrió el lugar a otras mujeres?
-Ella tiene un estilo que definitivamente es muy distinto al mío. Hoy hablaba con una jueza que me llamó para saludarme y le decía que uno de mis objetivos es que el Poder Judicial de la Provincia tenga una oficina de violencia de Género como tiene la Corte. No sé si un gobernador varón se hubiera ocupado o estaría pensando eso a cuatro días de ser elegido. Siento que desde el estilo, las políticas públicas, somos muy distintas.
-En la agenda de la mujer preocupa la mortalidad materna por abortos.Su postura es en contra de la despenalización del aborto, pero las mujeres siguen muriendo…
-Tengo una posición tomada en contra de la despenalización, no de ahora, de toda la vida y trato de ser coherente con lo que pienso. La tengo no desde un lugar religioso sino científico, creo en la vida desde la concepción, pero también entiendo que nadie elige abortar, que es una decisión cuando no tuvo otras opciones antes. Entonces, mucho más si tengo esta posición, estoy comprometida a impulsar políticas de acceso a la información, de salud sexual y reproductiva. Creo en eso: en el acceso a la información como derecho de las mujeres, creo también en condiciones sociales donde tener un hijo no sea el único proyecto, porque hay una parte del embarazo adolescente que se explica por eso. Y también trabajar contra la violencia de género que es parte: muchas mujeres saben cómo cuidarse y no lo hacen porque están sometidas a la violencia.

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Vidal asegura que en las últimas noches se despierta con temas pendientes. Había anunciado que su prioridad eran las paritarias docentes y casi de inmediato los gremios le pidieron empezar a negociarlas.
-Si tuviera que ordenar la agenda de prioridades, ¿cómo sería?
-Definitivamente la prioridad es seguridad, es lo que preocupa a la gente, e infraestructura, porque hay un enorme déficit de obras en la Provincia. Y acá no es menor -para los tres temas- lo que se define en la segunda vuelta para presidente del 22 de noviembre. Porque por primera vez puede haber en la Provincia de Buenos Aires y en la Presidencia de la Nación, una gobernadora y presidente del mismo signo político que tienen en común mucho más que eso. La diferencia es que realmente vamos a trabajar en equipo porque confiamos el uno en el otro, porque no tenemos mezquindades ni egoísmos, porque nos conocemos desde hace más de diez años. No tengo que construir una relación con Mauricio ni tengo que desandar una relación mal construida. En estos tres temas, y en todos los de gestión, va a ser clave si él es el presidente. Yo soy absolutamente consciente de que la provincia de Buenos Aires no sale adelante si no sale adelante la Argentina. Y Mauricio es absolutamente consciente de que para que la Argentina salga adelante se tiene que poner de pie a la Provincia, y esto que parece una obviedad no lo fue en los últimos años. Hemos visto muchos presidentes enfrentados con gobernadores, sometiendo a la Provincia, manejándose directamente con los intendentes; por primera vez hay una oportunidad histórica.
-Y en caso de que Macri no gane la presidencia, ¿qué sucedería?
-Yo hoy creo y confío en que Mauricio ha recorrido el camino que tenía que recorrer, que la gente aprendió a conocerlo a él y a su equipo y realmente creo que hay un camino de esperanza iniciado.

Fuente: Diario Clarín

 

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